¿Hay vida en otros mundos?

Esta es una pregunta que ha intrigado a  la humanidad desde sus comienzos. La Biblia nos proporciona una muy positiva respuesta a la pregunta de si existe vida inteligente en otros lugares del universo: Efectivamente sí existe.

El más importante ser inteligente fuera de nuestro planeta es el mismo Dios, que vive en un lugar al que llamamos cielo. Y según la Biblia, una raza de seres llamados ángeles habita en el cielo con él.

La Biblia también nos informa que un conflicto estalló en el cielo hace miles de años, cuando algunos de los ángeles se rebelaron contra Dios y su gobierno, y los rebeldes se vieron obligados a vivir en nuestro mundo, con motivo de la transgresión de nuestros primeros padres.

Evidencias Bíblicas

La Biblia hace referencia sobre la vida inteligente aparte de los ángeles como podemos observar en los siguientes textos:

"Un día fueron los hijos de Dios a presentarse ante el Eterno, y entre ellos se presentó también Satanás. Y dijo el Eterno a Satanás: ¿De dónde vienes? Satanás respondió al Señor: De rodear la tierra y andar por ella" (Job 1:6-7).

Según el contexto, hay una reunión de los hijos de Dios, lo cual evidentemente es fuera de este planeta y también se presenta Satanás. En el verso 12 dice que Satanás salió de la presencia de Dios. Si están fuera de la tierra, ¿Quiénes son esos hijos de Dios? De nuevo la Biblia responde:

"¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. Cuando todas las estrellas del alba alababan, y se regocijaban todos los hijos de Dios?" (Job 38:4,7). Por el contexto del verso, encontramos que antes de la creación de la tierra se “regocijaban todos los hijos de Dios”.

Por supuesto, “los hijos de Dios” no se refiere a los ángeles, pues las estrellas en la Biblia simbolizan a los ángeles. Como ejemplo, tenemos a las “estrellas del Alba” o él “Lucero hijo de la mañana”. Para confirmar esto, puede notarse en los siguientes versículos: Isaías 14:12,13 y Apocalipsis 1:20; 12:3, 4, 7-9.

Los ángeles son seres extraterrestres, es decir existen fuera de este mundo, ya existían aún antes de que se creara nuestro mundo. De acuerdo con la Biblia, los ángeles visitan la tierra regularmente y son activos en los asuntos humanos (ver Hebreos 1:14).

La Biblia también dice que cuando Jesús regrese, el mundo entero será sacudido por un poderoso terremoto (véase Apocalipsis 6:12-17; 16:17-20), y los ángeles levantarán a los hijos de Dios hasta el cielo para encontrarse con Jesús en el aire (ver Mateo 24:31; 1 Tesalonicenses 4:16, 17).

Notablemente, las estrellas en estos pasajes son ángeles, pero ¿y los hijos de Dios? No son seres humanos de este mundo, pues nadie puede estar ante la presencia directa de Dios y nadie lo ha visto cara a cara por el pecado (Ver Romanos. 6:23).

Para responder a la interrogante de ¿Quiénes son los hijos de Dios? Veamos el siguiente versículo: "Hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios" (Lc. 3:38). ¿Notan que Adán es hijo de Dios? Adán es el primer ser racional en este planeta, por ende, los hijos de Dios son seres que fueron creados como Adán y Eva, por el mismo Dios.

Todos aquellos que aceptan a Cristo, y su Santo Espíritu los dirige también son hijos de Dios: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Ro. 8:16).

Eso significa que la reunión de los hijos de Dios en Job 1 son los representantes de cada mundo creado. En Isaias 14 se hace referencia a la caída de Satanás, y Job 38:7 dice que todas las estrellas del alba (ángeles) alababan a Dios, es decir, antes de que Lucifer se revelara contra Dios, porque absolutamente todos los ángeles le alababan, no existía la Tierra y habían otros hijos de Dios.

La controversia entre el bien y el mal y la vida en otros mundos

Sabemos que en este mundo se está desarrollando una batalla entre el bien y el mal (ver Apocalipsis 12:7-9), y esta controversia no queda solo en nuestro pequeño mundo azul, Satanás puso en entre dicho el nombre de Dios y su ley (que es el reflejo de su carácter), su objetivo era arrastrar no solo este mundo a la rebelión, sino todos los demás.

Por ello fue necesaria la muerte de Cristo, para salvarnos y demostrar a todos los seres creados que Dios es justo al cumplir con la exigencia de la ley de que “la paga del pecado es muerte” (Ro. 6:23) pero a la vez demostrar su misericordia y amor (Ver Juan 3:16). Con este acto de amor Dios nos da la posibilidad de salvarnos y a resguardado por siempre el bienestar de sus hijos en todo el universo para siempre (ver Nahúm 1:9) ¿Qué ser de otro mundo contemplando los resultados de la desobediencia querrá experimentar el sufrimiento y la muerte?

El Apóstol Pablo por inspiración afirma: “hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres” (1 Co. 4:9). Esta controversia es observada por los seres no caídos. Así el juicio de Dios no se centra solo en nosotros, sino también en vindicar el nombre de Dios que fue puesto en entredicho por Lucifer.

Este hecho también nos explica porque Dios no elimino inmediatamente a Satanás o a nuestro pequeño mundo, de haber obrado así todos sus demás hijos lo habrían servido por temor y no por amor, habría quedado la duda de si las acusaciones contra Dios eran ciertas o no. Por ello toda esta controversia sigue desarrollándose, pero al final Dios triunfara con todos sus fieles.

Evidencias en el Espíritu de Profecía

Estas son citas que la sierva del señor escribió por inspiración Divina y que confirman la existencia de vida en otros mundos (estando en concordancia con los textos de la escritura que hemos mencionado antes):

“No podemos manifestar más honor a nuestro Dios, a quien pertenecemos por creación y redención, que dando evidencia ante los seres celestiales, los mundos no caídos y los hombres caídos, de que atendemos diligentemente todos sus mandamientos, que son los principios que gobiernan su reino” (Elena G. White, A fin de conocerle, pág. 300).

“Dios será honrado y su gobierno reivindicado y glorificado, y ello en presencia de los habitantes de los mundos no caídos” (Elena G. White, Cada día con Dios, pág. 297).

“El gobierno de Dios no incluía sólo a los habitantes del cielo sino también a los de todos los mundos que él había creado; y Satanás pensó que si podía arrastrar a los ángeles del cielo en su rebeldía, podría también arrastrar a los habitantes de los demás mundos” (Elena G. White, Conflicto de los Siglos, pág. 552).

“Con intenso interés, los mundos que no habían caído habían mirado para ver a Jehová levantarse y barrer a los habitantes de la tierra” (Elena G. White, El Deseado de todas las Gentes, pág. 29).

“La ciencia de la redención es la más grande de todas las ciencias; es la que estudian los ángeles y todos los seres de los mundos no caídos; es la ciencia que interesa al Señor y Salvador” (Elena G. White, Maranata, pág. 364).

“Por medio de su vida (Cristo) manifestó su naturaleza espiritual. A la vista de los seres celestiales, de los mundos que no han caído y de un mundo desobediente, desagradecido e impío, él cumplió los abarcantes principios de la Ley” (Elena G. White, Mente, carácter y personalidad, pág. 586).

Y este es el final que esperamos cuando haya finalizado la gran controversia: “El gran conflicto ha terminado.  Ya no hay más pecado ni pecadores.  Todo el universo está purificado.  La misma pulsación de armonía y de gozo late en toda la creación.  De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito.  Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor” (Elena G. White, El conflicto de los Siglos, pág. 737)