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domingo, 24 de febrero de 2013

El método de Cristo para el evangelismo



Este es el segundo tema de capacitación para laicos que hemos tenido en la iglesia de portales este año. Es una descripción de como evangelizaba Cristo a las personas durante su ministerio terrenal.


Está conformado por citas del libro Obreros Evangélicos de Elena G. White. El objetivo de esta presentación es revelar como debemos trabajar por las almas como Cristo lo hiciera. El es el mejor maestro y evangelista de todos los tiempos y por ello debemos imitar su ejemplo.

Este es el link de descarga:

Esperamos que sea de utilidad para todos los laicos en portales, y por qué no, para todo obrero evangélico que lleve las buenas nuevas de salvación en todo el mundo.

Contemplando a Cristo seremos más semejantes a él. Amen.

jueves, 14 de febrero de 2013

Introducción a la reforma pro-salud y el mensaje de los tres ángeles



¿Qué es la reforma pro-salud?

“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.” (Dn. 1:8).

Como Daniel es necesario que nos propongamos “no contaminarnos”, es decir cuidar las avenidas del alma que son nuestros 5 sentidos para evitar debilitar nuestras facultades mentales y ser así víctimas de los engaños del enemigo.

 

El diccionario de la lengua española define  la palabra reforma como: “Cambio de algo para su innovación y mejora”.

El concepto de salud, de la Organización Mundial de la Salud se define como: “Un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” (http://www.who.int/suggestions/faq/es/index.html).

Considerando estas definiciones, podemos conceptualizar la Reforma Pro-salud como: “el cambio de nuestro estilo de vida, de nuestros hábitos y costumbres, con la finalidad de cuidar y mejorar nuestra salud”.



Si analizamos la condición actual de los que habitamos éste planeta, nos damos cuenta de que nuestra sociedad está enferma, y que contribuye mucho a esa enfermedad social el desequilibrio mental de muchos; tan es así que en países como Estados Unidos, están muy interesados en imponer leyes que obliguen a los portadores de armas a tener un certificado de salud mental, expedido por un psiquiatra; y si nuestra salud mental se encuentra desequilibrada ¿cómo estará nuestra salud física?

“Es importante que los padres comprendan la tendencia de la época, y que trabajen incansablemente para educar a sus hijos de manera que se mantengan separados de estas cosas, preparándolos, al enseñarles a amar y a imitar la vida de Cristo, para ocupar un lugar en la vida futura y santa” (Cada día con Dios, Elena G. White. Pág. 308).

En el afán de ganar el sustento diario para la familia, en el afán de disponer de los productos que esta era consumista nos impone, hemos descuidado nuestros hogares, hemos descuidado nuestras familias, y la convivencia con nuestros hijos a penas y se da; de esta manera hemos contribuido a enfermar nuestra sociedad.

Llamado

Considerando que la salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino que es el completo bien estar físico, mental y social ¿Por qué es importante iniciar una reforma pro-salud en nuestras vidas?, ¿por qué debemos modificar hábitos, costumbres y estilos de vida?



Dios  que ama a los seres humanos a través del profeta San Juan ha dado un triple mensaje para esta época en la que nos ha tocado vivir (Ver Apocalipsis 14:6-11); y precisamente en estos mensajes, hay un mensaje que está íntimamente relacionado con nuestra salud, y principalmente con nuestra salud mental.

En publicaciones posteriores analizaremos más a detalle los mensajes de los tres ángeles, una mensaje para nuestro tiempo.

viernes, 1 de febrero de 2013

Las Profecías: el mensaje de Dios para su pueblo



¿Qué es una profecía?

"La raíz de la palabra profeta `nabi´ está en la palabra `naba´, que significa `proclamar´, `dar voces´, `declarar´. Por lo tanto, tal como se la usa en la Biblia, la palabra profeta describe a uno que proclama mensajes divinos. Esos mensajes pueden relacionarse con el pasado, el presente o el futuro y pueden consistir en descripciones, exhortaciones, instrucciones, consuelo o predicciones. Además el término implica la idea de ser intermediario (Ver Génesis 20:7).

La palabra castellana `profeta´ procede del griego `profétes´, una combinación de la preposición `pro´, o `en lugar de´, con el verbo `femí´, `hablar´. El profeta habla en lugar de alguien. Puede hablar al hombre en lugar de Dios, o viceversa" (Comentario bíblico Adventista págs. 352, 353).


De acuerdo a estas definiciones una profecía bíblica es la proclamación de un mensaje de Dios a través de un portavoz. 

Tipos de profecías bíblicas

A grandes rasgos podemos hablar de 2 tipos de profecías que se presentan en la Biblia: las condicionales y las no condicionales.


Las condicionales son generalmente mensajes de amonestación para atraer o evitar los juicios de Dios (ver el libro de Jonás como ejemplo) o para que se cumplan sus promesas a su pueblo (ver como ejemplo las promesas hechas al pueblo de Israel en Deuteronomio 28:1-14).


Las no condicionales son mensajes de los planes que Dios realizará independientemente de las decisiones que tomen las personas, aún a pesar de la oposición de las “huestes espirituales de maldad” (Ef. 6:12). Como ejemplo está la profecía del plan de redención (Ver Isaías 53) y el de la segunda venida de Cristo (Ver Mateo 24:30).  

El propósito de las profecías

Un propósito importante de las profecías es revelarnos la voluntad de Dios “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.” (Am 3:7).


El principal propósito por el cuál Dios se comunica con la humanidad es para dar  el mensaje de salvación: “obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación” (1 P. 1:9,10).

Jesús nos dice: “Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho” (Jn. 16:4). Las profecías tienen la finalidad de fortalecer nuestra fe en Dios al contemplar la precisión con que se cumplen. 

“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto” (Ap. 1:1). El señor descorre el velo de la historia en favor de su pueblo elegido para que esté preparado contra los engaños y las acechanzas del enemigo.


Y finalmente las profecías tienen este triple propósito: “Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.” (1 Co. 14:3).

Como reconocer a un verdadero profeta

Jesús nos insta a estar prevenidos contra los engaños: “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos” (Mr. 13:22).

Por ello debemos verificar cuándo una profecía proviene de Dios o es un engaño: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios” (1 Jn. 4:1,2).


He aquí algunas pautas que nos da la Biblia para probar la veracidad de un mensajero profético:
·         No contradicen la palabra de Dios revelada en la Biblia: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Is. 8:20).
·         Su vida está en armonía con los principios de la palabra de Dios: “Así que, por sus frutos los conoceréis.” (Mt. 7:20).
·         Sus mensajes se cumplen de acuerdo a la voluntad de Dios (Ver Deuteronomio 18:20-22).

Llamado

"Todo lo que podemos conocer del gran conflicto entre el bien y el mal ha sido posible gracias a la obra de los profetas. Ellos han servido como medio de comunicación entre Dios y la humanidad" (En esto creemos pág. 204).


"Las señales de los tiempos declaran hoy que estamos en el umbral de sucesos grandes y solemnes. Todo está en agitación en el mundo. Ante nuestra vista se cumple la profecía del Salvador referente a los sucesos que precederán a su venida: `Y oiréis de guerras y rumores de guerras [...] se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares´ (Mt. 24:6,7)". (La educación pág. 179).

Las profecías de la Biblia están llegando a su final, Jesús ya viene por su pueblo, por tanto “entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (He. 3:15).


Que Dios los bendiga, posteriormente veremos algunas de estas impresionantes profecías  “para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Jn. 20:31).