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jueves, 8 de agosto de 2013

¿Qué concepto tenemos de lo que es la Sabiduría y la Inteligencia?



Actualmente hemos dado a estas palabras un significado que en realidad no tienen. La escritura nos ayuda a comprender cuál es su verdadero significado, pero sobre todo, cómo podemos adquirir semejantes tesoros.

Veamos lo que dice el capítulo 28 del libro de Job:


Ciertamente la plata tiene sus veneros,  Y el oro lugar donde se refina.  El hierro se saca del polvo, Y de la piedra se funde el cobre.  A las tinieblas ponen término,
Y examinan todo a la perfección, Las piedras que hay en oscuridad y en sombra de muerte. Abren minas lejos de lo habitado,  En lugares olvidados, donde el pie no pasa. Son suspendidos y balanceados, lejos de los demás hombres
” (Job 28:1-4).

Estos versículos nos hablan de cómo el hombre busca metales valiosos, para conseguirlos se expone a lugares peligrosos, pero su afán de riqueza le hace dejar a un lado sus temores con tal de conseguir lo que desea.

Así es la naturaleza humana, siempre en busca de lo material, siempre con el deseo de satisfacer lo que considera sus “grandes necesidades”, no le importa exponerse al peligro o incluso la muerte en su búsqueda por encontrar lo que considera valioso.

Vivimos engañados en un mundo donde el materialismo gobierna nuestras vidas, mas esto no es lo que realmente el hombre necesita…


De la tierra nace el pan, Y debajo de ella está como convertida en fuego.  Lugar hay cuyas piedras son zafiro, Y sus polvos de oro. Senda que nunca la conoció ave, Ni ojo de buitre la vio; Nunca la pisaron animales fieros, Ni león pasó por ella. En el pedernal puso su mano, Y trastornó de raíz los montes. De los peñascos cortó ríos, Y sus ojos vieron todo lo preciado. Detuvo los ríos en su nacimiento,
E hizo salir a luz lo escondido
” (Job 28:5-11).

Para conseguir aquello que considera valioso hace lo inimaginable, busca en los lugares más inhóspitos y ocultos con tal de encontrar sus tesoros, no descansa, no desiste, los obstáculos que parecen infranqueables son superados, nada lo detiene…

Mas ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Dónde está el lugar de la inteligencia?” (Job 28:12).

El texto da ahora un giro dramático, vemos al hombre empecinado en trastornar la naturaleza para arrancarle sus tesoros, pero… ¿Dónde hallará la sabiduría? ¿Dónde está el lugar de la inteligencia? Si existiera un lugar sobre la tierra donde se pudieran encontrar semejantes tesoros ¿el hombre los buscaría como busca el oro, la plata o las piedras preciosas? 
No conoce su valor el hombre, Ni se halla en la tierra de los vivientes. El abismo dice: No está en mí; Y el mar dijo: Ni conmigo” (Job 28:13,14).

El hombre no tiene idea de lo que la sabiduría y la inteligencia significan, por lo mismo desconoce completamente cuál es su valor verdadero, estos bienes no se encuentran sobre la tierra, no existe un lugar físico donde el hombre pueda encontrarlos…

No se dará por oro, Ni su precio será a peso de plata.  No puede ser apreciada con oro de Ofir, Ni con ónice precioso, ni con zafiro. El oro no se le igualará, ni el diamante, Ni se cambiará por alhajas de oro fino. No se hará mención de coral ni de perlas; La sabiduría es mejor que las piedras preciosas. No se igualará con ella topacio de Etiopía; No se podrá apreciar con oro fino” (Job 28:15-19).

Su valor supera infinitamente cualquier otro tesoro, no existe ninguna riqueza que pueda adquirirlos, y aun siendo la sabiduría y la inteligencia tan valiosos el hombre sencillamente desconoce su existencia…


“¿De dónde, pues, vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia? Porque encubierta está a los ojos de todo viviente, Y a toda ave del cielo es oculta. El Abadón y la muerte dijeron: Su fama hemos oído con nuestros oídos” (Job 28:20-22).

Siendo tan valiosos y tan deseables el hombre debería clamar por conseguirlos, pero no son tesoros que están a la vista, porque estos grandes bienes no son palpables…


Dios entiende el camino de ella, Y conoce su lugar. Porque él mira hasta los fines de la tierra, Y ve cuanto hay bajo los cielos. Al dar peso al viento, Y poner las aguas por medida; Cuando él dio ley a la lluvia, Y camino al relámpago de los truenos, Entonces la veía él, y la manifestaba; La preparó y la descubrió también” (Job 28:23-27).

Sólo Dios conoce donde están la sabiduría y la inteligencia. En realidad, sólo Él puede verlos en su verdadera dimensión y sólo Él conoce su verdadero valor. Es Dios el único que puede manifestarlos al hombre y este para adquirirlos debe volver su mirada de las cosas materiales para levantar su vista hacía las cosas espirituales…


Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría,
Y el apartarse del mal, la inteligencia
” (Job 28:28).

Ahora se descubre ante nosotros cuál es el verdadero significado de estas palabras y porque son consideradas tan valiosas: El temor del Señor, esto es, el conocimiento de Dios, es la sabiduría. ¿Qué puede ser más valioso que conocer a Dios? Conocer su carácter, sus principios, su ley, su justicia, su fuerza y poder…

¿Qué puede ser más grande que esto? Conocer a Dios nos hará salir de las tinieblas en las cuales nos encontramos, conoceremos entonces que es el Bien y nos daremos cuenta que nosotros sólo hemos practicado el mal, y es en este punto donde entra la inteligencia, de nada sirve conocer a Dios si no deseo apartarme de lo malo, la inteligencia debe ir ligada siempre a la sabiduría, la inteligencia es apartarse de nuestros malos caminos y vivir una nueva vida en Cristo.

Las verdaderas riquezas no son materiales, sino espirituales, y nos llevan hacia la vida eterna. ¿Deseas tú conocer la sabiduría y obtener la inteligencia?


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