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viernes, 26 de julio de 2013

Los 8 remedios naturales parte 1


Introducción
Compartimos con ustedes los 8 remedios naturales que Dios ha provisto a todos nosotros para mantener la salud. Estos remedios están al alcance de todos y forman parte del bienestar integral que el Señor desea para nosotros: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Jn. 2).

Es el ideal de Dios habitar con nosotros, y para mantener una comunicación constante y continua con él debemos prestar atención a la súplica del apóstol Pablo “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” (Ro. 12:1).

En esta primera parte trataremos los primeros 4 remedios y en la siguiente los últimos 4. Estos son los remedios naturales:
1.    El agua.
2.    El descanso.
3.    El ejercicio.
4.    La luz solar.
5.    El aire puro.
6.    Nutrición.
7.    Temperancia.
8.    Esperanza.

El agua


El agua es la sustancia más importante que contiene nuestro cuerpo. Más de la mitad de nuestro peso total es agua.  El agua es el mayor componente de la sangre.  Nuestro cuerpo necesita el agua para enfriarse y limpiarse.  La pérdida del 20 al 22% de agua en nuestro cuerpo, podría ser muy peligrosa, hasta fatal.  Perdemos agua cuando respiramos, cuando transpiramos, y en los desechos del cuerpo como el sudor, la orina, etc.

Se han hecho estudios con algunos atletas, que han demostrado el efecto que el agua tiene sobre el cuerpo en la resistencia física.  Los atletas que bebieron igual cantidad de agua que la que perdieron, no se fatigaron y la temperatura de su cuerpo se mantuvo cerca de lo normal; mientras que los atletas que bebieron agua sólo para calmar la sed no tuvieron la misma resistencia.

El descanso


Es la cesación del trabajo, es tranquilizarse.  El descanso es uno de los sanadores esenciales conocidos por la humanidad.  Cuando usted se enferma, lo primero que hace es acostarse en su cama hasta que se recupere, porque el poder restaurador del descanso es una de las claves para recuperar la salud.

Podemos descansar de varias formas: cambiar del trabajo mental al físico es un buen método de descanso para los ejecutivos y personas que laboran intelectualmente; el dormir es otro tipo de descanso, inclusive podemos incluir un baño con agua tibia para relajar los músculos agotados. 

Dios estableció el descanso sabiamente en nuestro cuerpo:
- El corazón descansa después de cada latido.
- Los pulmones descansan después de cada ciclo respiratorio.
- El sistema nervioso descansa durante el sueño.
- Los músculos se relajan gradualmente después de cada contracción.
- Los órganos de los sentidos descansan completamente al cesar toda clase de actividad, es decir, en el sueño profundo.
- El estómago requiere atención cuidadosa.   No debe mantenerse en funcionamiento continuo.  Debemos darle a éste órgano tan maltratado y del cual tanto se ha abusado, algo de paz y descanso.  Después que el estómago ha hecho el trabajo de una comida, no se le imponga más labor antes que haya tenido oportunidad de descansar y antes que la naturaleza haya provisto suficiente jugo gástrico para poder absorber más comida.  Debieran transcurrir por lo menos cinco horas entre dos comidas, y debiéramos recordar que si se quiere realizar una prueba, se comprobará que dos comidas son más saludables que tres.  Cuando nos entregamos al descanso, el estómago debe haber concluido ya su tarea, para que él también pueda descansar, como los demás órganos del cuerpo.  Si es necesario tomar una tercera comida, ésta debería ser liviana y debería tomarse varias horas antes de acostarse.

El ejercicio


La mayoría de la gente se "oxida" en vez de desgastarse, debido a que no tiene por costumbre ejercitar todos sus músculos.  Hoy día se requiere de muy poco ejercicio, hay taxis, autobuses y vehículos para que usted no se ejercite demasiado, por lo tanto, encontramos mucha inactividad; la sociedad se ha desarrollado de tal manera, que la mayoría de las personas están envueltas en ocupaciones que no requieren de mucho esfuerzo físico.

El ejercicio sano y activo es necesario a la vez que importante para la digestión, para gozar de una condición saludable y vigorizante del cuerpo y la mente.  No se debe estudiar ni hacer ejercicio violento inmediatamente después de una comida completa; esto sería una violación de las leyes del organismo.  Pero una corta caminata después de una comida, con la cabeza erguida y los hombros hacia atrás, realizando así un ejercicio moderado, resulta de gran beneficio. 

El ejercicio ayuda a los dispépticos (personas con  difícil y dolorosa digestión) porque da a los órganos digestivos un tono saludable.  Si su trabajo es sedentario, principalmente mental, haga ejercicio todos los días y verá cómo se beneficia, y en cada comida consuma sólo tres o cuatro clases de alimentos sencillos.  La razón por la cual muchos se quejan de enfermedad, es que dejan de hacer suficiente ejercicio, y se complacen en comer en exceso.

Existe el dicho: "El que no encuentra tiempo para hacer ejercicio, encuentra tiempo para estar enfermo".  Algunas razones que hacen certero éste dicho son:
- El ejercicio reduce el riesgo de las enfermedades del corazón porque mejora la fuerza y la eficiencia del corazón y baja la presión arterial.
- Mejora la fuerza de los músculos y de los huesos así como de los ligamentos, tendones y cartílagos.
- Fortalece el sistema inmunológico.  El ejercicio aumenta el número de las células blancas llamadas linfocitos, que son las que "batallan" contra la enfermedad.
- Retrasa el envejecimiento, previene las venas varicosas, contrarresta la artritis e incluso combate la osteoporosis.

La luz solar


Poco se comprende acerca de los beneficios de la luz solar.  El desconocimiento ha llegado a tal punto, que lo único que sabemos es que el exceso de sol produce cáncer. 

La luz solar es uno de los mejores agentes de curación que Dios le ha dado al hombre.  "Suave es la luz y agradable ver el sol" (Ec. 11:7), es la declaración de la Palabra de Dios. 

En nuestra sociedad vivimos aislados del sol, incluso en nuestros hogares, viviendo la mayor parte del tiempo detrás de una ventana que desvía la preciosa y curativa luz solar. 

Muchos se sorprenderán de cuán beneficiosa puede ser la luz solar para la curación y prevención de enfermedades como alta presión, tuberculosis, colesterol y en la prevención y tratamiento del cáncer, con excepción de cáncer de piel o de lupus. 

Sin embargo, debido a la incidencia elevada de cáncer de piel se le ha hecho una propaganda negativa.  El cáncer, en parte se debe a la exposición prolongada a los rayos del sol, pero otro factor es la cantidad de grasas en la dieta.  La grasa crea una base para la formación de radicales libres inestables.  El ADN es muy sensible a la oxidación por los radicales libres y éstos podrían representar un papel importante en las mutaciones que preceden al desarrollo de un cáncer.

Estos son los beneficios de la luz solar:
- Destruye bacterias y muchos microorganismos causantes de enfermedades.
- Aumenta la cantidad de sangre que es bombeada al cuerpo en cada contracción del corazón.
- Es un tratamiento efectivo para la ictericia (enfermedad caracterizada por la amarillez de la piel) en los niños recién nacidos.
- Ayuda a normalizar los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre.  En los hipoglucémicos ayuda a elevar su nivel de glucosa y en los diabéticos a reducirlos, y esto permite rebajar las dosis de insulina diaria.
- Cantidades adecuadas de vitamina D pueden ser obtenidas mediante la exposición del rostro a la luz solar por unos pocos minutos durante el mediodía.
- Aumenta el tono y la resistencia de los músculos.  Las personas que hacen ejercicio bajo la luz solar, desarrollan más rápido sus músculos que quienes lo practican dentro de una casa.
- Mejora la actitud mental y produce una sensación de bienestar.
- Disminuye el estrés, actuando a través de los receptores sensoriales en la piel; ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
- Un breve baño de sol, varias veces al día, matará los gérmenes y estimulará la curación de heridas.

Si no hubiera luz solar toda la vegetación perecería, la vida animal moriría y la vida humana no podría existir.  Si desea que su hogar sea agradable y acogedor, ilumínelo con aire y sol. Ningún cuarto es adecuado para servir como dormitorio a menos que pueda abrirse de par en par cada día para dar acceso al aire y a la luz del sol.

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