Por qué las nubes no se rompen
Otro texto con información científica es Job 26:8: “Ata las aguas en sus nubes, Y las nubes no se rompen debajo de ellas". Este
hermoso texto, explica que las nubes no se rompen y derraman su agua de una
sola vez, aunque millones de toneladas se discurren arriba de los océanos en
las nubes. Y, por supuesto, Job estaba
en lo cierto. Nosotros encontramos que Dios tiene un proceso gradual de
enfriado que libera el agua poco a poco necesario para irrigar la superficie de
la Tierra. Dios se lo revelo a Job
mucho antes que la humanidad lo investigará.
El agua tiene peso, y su presión aumenta dramáticamente a
medida que la profundidad se incrementa. Ciertos peces que existen en el fondo
del océano están especialmente diseñados por Dios para soportar esta presión
tremenda. Si fueran traídos rápidamente a la superficie explotarían. La presión
que Dios puso en su estructura muscular sigue ahí en el interior cuando son
llevados hasta donde la presión no se ejerce desde el exterior.
Este es un hecho maravilloso, pero ¿te das cuenta de que
nosotros también vivimos en el fondo de un mar atmosférico, que también tiene
un enorme peso? A nivel del mar estamos
viviendo en la parte inferior de una muy pesada y densa cubierta. Esto ya había
sido revelado a Job: “Al dar peso al viento, Y poner las aguas por medida” (Job 28:25).
La Biblia dice que el viento tiene peso. El aire, en otras
palabras, es pesado. La atmósfera tiene peso. Si se sube una montaña, entre más
alto se sube, más delgada se vuelve la atmósfera, y se siente más cansancio e
incomodidad. ¿Por qué? Porque la presión no es tan grande. Dios ha construido
una cierta cantidad de presión que equilibre en el exterior a nivel del
mar.
Cada momento que vivimos, una presión de 14 libras por pulgada
cuadrada se ejerce sobre nuestra estructura corporal, y eso es bastante pesado.
Toda persona en este mundo ya sea una mujer o un hombre corpulento, tiene una
presión constante de más de 15 toneladas a nivel del mar empujando y
presionando sobre ellos desde todas las direcciones.
Incluso los pequeños insectos fueron diseñados por Dios para
soportar esta presión. Un pequeño mosquito, tan ligero y frágil que parece que cualquier
cosa podría aplastarlo, es construido por Dios para soportar el peso de la
atmósfera. ¿Puedes pensar que esto
sucedió por casualidad? Qué maravilloso que Dios ha diseñado cada criatura
viviente para estar cómoda en su propio entorno.
¿Afortunado accidente o diseño?
Ahora consideraremos otro milagro. Formado por 2 principales
ingredientes, nitrógeno y oxígeno, cuya mezcla es siempre la misma, ya sea en
las más altas cimas de las montañas o en las cuevas más profundas. El
equilibrio perfecto es del 79% de nitrógeno y el 21% de oxígeno. Usted podría preguntarse, "¿Por qué es
así?" ¿Hay alguna razón especial para ello? ¿Es importante que tengamos
esta mezcla exacta de nitrógeno y oxígeno? Si se aumentara el nitrógeno,
nuestros procesos para la vida serían más lentos y moriríamos. Si el oxígeno
aumentará nuestros procesos vitales se aumentarían rápidamente, nuestro pulso se
aceleraría lo cual nos llevaría a la muerte.
Pero Dios lo hizo a la perfección. Suponga, por ejemplo, que la
proporción en el aire fuera de 2/3 de nitrógeno y 1/3 de oxígeno. ¿Qué
sucedería? Todo el mundo se convertiría en un mundo de locos risueños, todos
estarían riéndose porque se produciría el gas de la risa, N2O, el mismo tipo que
los dentistas usan a veces cuando extraen dientes. O suponga que la proporción
del aire fuera dividido a la mitad. Eso produciría oxido nítrico, qué es rápidamente
fatal para todas las formas de vida.
La perfecta proporción en el aire ¿fue un afortunado accidente
que salió así? ¿Acaso alguna casualidad
ciega de la naturaleza puede producir esta mezcla exacta que es necesaria para
el soporte vital de los seres vivos? ¿O fue un inteligente diseño? Ese mundo se
volvería caótico si esta mezcla atmosférica se saliera fuera de control por un
solo instante. Veríamos una de la más tremenda de todas las explosiones, ya que
el nitrógeno es el componente básico de la pólvora; y el oxígeno, por supuesto,
hace que la combustión sea más rápida.
Y sin embrago algún día, al parecer, va a ver una explosión
así. Algún día los elementos van a
derretirse con un ardiente calor. Pedro nos dice en 2 Pedro 3:10 que "los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo
serán deshechos". No sé cómo Dios va a arreglar eso, pero sé que
algún gran incendio uno de estos días va a quemar la Tierra, que será
purificada por este extraño fuego de Dios. Y los elementos estarán involucrados
porque los elementos irán derritiéndose. Tal vez Dios va a cambiar la actual
proporción de nitrógeno y oxígeno. Sí sé esto: debemos estar preparados para el
día que se viene.
El sistema de calefacción de Dios: la corriente del golfo
En Job 38:8-11 encontramos en forma poética la descripción de la creación
del océano. Dios dice que la nube era
su prenda y una
densa oscuridad sus pañales, colocados alrededor del océano en su nacimiento. Pero entonces Dios añadió: "Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante".
Los científicos de
este mundo se han sorprendido en
aprender los secretos de las
corrientes marinas.
Por cierto, esas corrientes y movimientos de agua han estado en
perfecto equilibrio para contribuir con la comodidad de la humanidad. Como
ejemplo de ello tenemos la corriente del Golfo. No sabemos todo sobre esta corriente,
pero sí sabemos que la vida en Norte América sería casi imposible si no fuera
por la fantástica influencia de esta gran corriente.
Sale del golfo de México, va a la costa este, y sube a las
secciones nortes del mundo. De hecho, este rio es de 70 millas de ancho y casi
3000 pies de profundidad. Ahora note lo que sucede cuando este rio caliente
llega a la entrada de la región del ártico en la bahía Baffin, donde encuentra una
gélida corriente polar que corre hacia el sur. Como resultado de la titánica
colisión de estos 2 gigantes, la corriente polar es forzada a zambullirse abajo
miles de pies, donde sigue su curso hacia el sur, subiendo finalmente en el
oeste de las Indias en su temporada de calor, enfriando así el terrible calor
tropical.
La corriente del golfo consigue desviarse hacia el este,
subiendo a lo largo de las islas británicas, haciéndolas habitables. Fue el
plan de Dios que esto sucediera. No creo que todo esto pasara por casualidad o
accidente. Sin esa desviación de la corriente del golfo, algunas de las islas
del norte se quedarían en un eterno invierno. Seguramente Dios está detrás del
plan entero (ver Job 38:16).
Gafas protectoras y bifocales
Piense por un momento en los peces que habitan los océanos. Son
constantemente objetos del ataque de sus enemigos de arriba como las
gaviotas. ¿Sabías que los peces tienen
globos oculares que les permiten mirar casi al instante en todas las
direcciones? además los peces pueden ver 30% más lejos que otros animales
porque Dios diseño los globos oculares de los peces para que tomaran en
consideración la refracción de la luz.
Nosotros tendemos a pensar que es un maravilloso logro cuando un
oculista fabrica gafas especiales para compensar diversas refracciones en el
agua, sin embrago Dios lo hizo para los peces antes. Las gafas nunca podrían
haber llegado a la existencia por casualidad, sin embargo los evolucionistas
sostienen que los globos oculares especializados de los peces aparecieron.
En las aguas de Malaya vive un pez con lentes bifocales en sus
ojos. Esta pequeña sardina es valorada por comida por las gaviotas. Ellas bajan
en picada constantemente a tragarse este pequeño pez. Para que el pequeño pez
pueda ver cuidadosamente que se acerca el peligro debe tener una buena visión de lejos; pero
desde cerca se alimenta de las microscópicas larvas que abundan en el agua, y
por ello tiene una buena visión de cerca también.
¿Sabías que el Creador lo proveyó de una pequeña membrana que tiene
a medio camino en sus ojos, dándole la visión bifocal? ¡Ese pequeño pez puede ver arriba a las
gaviotas que vienen o abajo y ver esas cercanas larvas de los que puede
alimentarse!
Nos parece maravilloso que el calificado optometrista y
oculista puede perfeccionar gafas que nos permiten ver de cerca y de lejos, sin
embargo, aquí está una pescado que ha existido desde hace miles de años y Dios
lo hizo así desde el principio. No fue desarrollado a ciegas; tuvo que ser
creado. Diseño inteligente tuvo que estar detrás de él.
Aves y abejas
Ahora vamos a examinar 2 aves acuáticas de la costa del Pacífico. No
puedo encontrar ninguna otra evidencia más fuerte de diseño en la naturaleza que
con el tordo, un pajarito muy amable que vive cerca de los arroyos de la montaña.
Esta ave boyante estará flotando alrededor, al parecer sin peso, y de repente
se hunde hasta el fondo como un pedazo de plomo. Allí anda recogiendo trozos de
comida en el lecho del arroyo. Después de tomar todo lo que quiere, él va al
banco, se sacude, y misteriosamente se pone a flote nuevamente como el humo.
Se ha descubierto que este extraño pájaro tiene un equipo
especial, un aparato muscular que inmediatamente agota cada pedacito de aire de
su cuerpo, se deja hundir, y luego cuando sale, puede tomar el aire y flotar de
nuevo. Los evolucionistas dicen: "Bueno, tenía que tener este pedazo de
aparato, así que la naturaleza se lo ha facilitado." Por supuesto, no
dicen lo que es la naturaleza, pero sostienen que solamente creció debido a
algún desarrollo accidental. La verdad es que Dios lo ha facilitado. Él hizo
esta ave como la hizo porque vio que necesitaba esto para la supervivencia.
Otro tipo de aves encontradas en la costa del Pacífico viven de una
dieta de gusanos que viven en grandes agujeros en la arena. Puesto que este
gusano está abajo en el fondo de su agujero, el pájaro debe ir hacia abajo para
sacar al gusano. Sucede que, aunque el pico es exactamente de la longitud
correcta para llegar al agujero, el agujero al ser estrecho mantiene el pico de
las aves bien cerrado. Dios creó una pequeña aleta muy similar a una pinza de
cirujano en la parte inferior del pico. Con este órgano especial el ave puede
recoger al gusano, salirse del agujero, y tragárselo
¿No es maravilloso que Dios pensara en un pequeño pájaro e hizo
algo especial con lo cual podría conseguir su alimento convenientemente? Si Él
ama tanto a los pajaritos y proporciona las cosas para hacer su vida cómoda,
¿no te parece que Él está dispuesto a ofrecernos todo lo que pudiéramos
necesitar? Él nos ama aún más. Recuerda, Él sabe si los pajarillos caen (ver
Mateo 10:29-31).
Hace algunos años, una revista científica publicó un artículo
de un biólogo inteligente que no cree en la evolución. En “Evolución Goes to
Pieces o Bee’s Knee” (La Evolución se hace pedazos sobre la rodilla de una
abeja), el autor examinó en primer lugar la enseñanza de los evolucionistas que
cuando la necesidad de un determinado órgano se desarrolla en alguna criatura, este
se produce en respuesta a esa necesidad. La propia naturaleza, o algún azar
ciego, supuestamente vienen y producen el órgano necesario para adaptarse a la
criatura para la supervivencia. Luego citó el ejemplo de las abejas. Cuando las
abejas se arrastran en flores llenas de polen, sus aparatos de respiración se
detienen por el polen. De hecho, ni siquiera pueden respirar mientras se
encuentran dentro recogiendo su polen.
Resulta que todas las abejas tiene un cepillo especial situado
en sus rodillas, un cepillo rígido que se utiliza para limpiar su aparato de
respiración cuando salen de la flor para no sofocarse. Este biólogo señaló que
si fuera cierto que estos insectos desarrollaran equipos especiales en
respuesta a una necesidad, la primera abeja que existió no tendría los cepillos
de rodillas. Cuando entró en la flor, se habría asfixiado y, en consecuencia,
la especie de las abejas se habría extinguido en ese mismo momento. No, en
lugar de que estos cepillos se desarrollaran lentamente a través del tiempo en
respuesta a una necesidad, han sido provistos por Dios para satisfacer la
necesidad y salvar a la primera abeja que se hizo.
La conclusión es que Dios anticipó las necesidades de sus
criaturas y las hizo con todos los aparatos necesarios. Cuán agradecidos
debemos estar porque Dios puede suplir todas nuestras necesidades con
anticipación.
La Biblia dice: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios"
(Sal. 14:1). Sólo un Dios de amor y poder podría haber hecho las maravillas que
vemos a nuestro alrededor. Y si Él se preocupa por el mundo animal pequeño, Él
cuida de nosotros, también. Él nos ama aún más de lo que ama a ese pajarito
allá en la costa oeste, y Él quiere salvarnos. Él quiere llevarnos por fin a un
lugar donde la naturaleza estará en equilibrio perfecto de nuevo y donde todos
los estragos de la maldición del pecado serán eliminados para siempre.
Él me ama
¿Podemos dudar del amor de Dios, quien ofrece tan infinita
provisión para todo lo que Él ha creado? Nada ha sido dejado solo a sufrir la
extinción o la privación. Sólo la torpe interferencia del hombre con el
delicado equilibrio de la naturaleza ha traído el dolor y la tragedia. Si Dios
cuida de las necesidades de la más pequeña célula de los vegetales o animales
más pequeños, ¿no creeremos que Él nos ama lo suficiente para cuidar de
nosotros?
Uno de los hechos más emocionantes que aprendí acerca de los milagros
de la naturaleza se refería al humilde cardo. Sin duda es uno de las más
despreciadas de todas las plantas debido a su pegajosa y punzante naturaleza.
Sin embargo, considere la maravilla de su reproducción. Cada vaina tiene 2
semillas en su interior que garantizan su supervivencia. Pero durante el primer
año sólo una de las semillas comienza a crecer. La otra semilla se queda
esperando hasta el segundo año para comenzar a crecer a fin de perpetuar 2
temporadas de crecimiento. Pero si algo le sucede a la primera semilla para que
no pueda crecer y producirse, la segunda semilla empieza a crecer de inmediato
en vez de esperar para el próximo año. Ningún evolucionista ha sido capaz de
armonizar los milagros como este con sus teorías del naturalismo y el azar.
Sin duda, podemos ver que el cuidado de Dios se extiende a la
orden más humilde y mínimo de las cosas que crecen. ¿No somos más valiosos para
él que los cardos? Si Él hace milagros para salvaguardar un pegajoso y
ponzoñoso cardo, ¿no guiará los caminos de aquellos por los que ha dado a su
vida?
Que Dios abra nuestros ojos a la maravilla y la sabiduría de su
gran obra. Cuando se arrodille para orar, recuerde dar gracias a Dios por toda
su obra de Creación y por el gran amor que tiene para cuidar a todos los seres
vivos de este mundo.
Tomado de www.amazingfacts.org, por Joe Crews.
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