¿Te has sentido
olvidado? ¿Sin valor en este mundo? ¿Piensas que no eres importante? ¿Sientes que solo te han utilizado y luego
desechado? Analiza esta reflexión:
Nuestra vida es
semejante a la de este violín, a veces la vida nos ha golpeado y hemos sido
menospreciados.
Imaginemos un poco
como se habrá sentido el fabricante del violín al ver su creación en la cual
había dedicado tanto tiempo siendo vendido por solo 3 dólares. No pudo
permanecer inmóvil. ¡Tenía que darle su verdadero valor a su creación!
El valor de
nuestras vidas es mucho más valioso que los 3mil dólares que se pagaron por
este violín, porque el divino maestro que formo las vastas galaxias y los
innumerables mundos es el mismo que nos ha formado:
“Levantad en alto vuestros ojos, y mirad
quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus
nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su
dominio” (Is. 40:26).
“Porque tú formaste mis entrañas; Tú me
hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas
son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien” (Sal. 139:13,14).
Somos muy valiosos
porque estamos hechos a imagen y semejanza de Dios (Ver Génesis 1:27). Y más
aún, valemos mucho más por el sacrificio de Cristo en la cruz.
Así como el
fabricante no permaneció inmóvil al ver menospreciado su violín, así Dios no
podía quedarse sin hacer nada al ver como sufrían sus hijos en este mundo. No
se pagó el precio de nuestras vidas con las innumerables maravillas del vasto
universo sino con la Sangre del divino maestro. Dios no escatimó nada para
restaurarnos, para darnos el verdadero valor que tenemos (Ver Filipenses 2:5-8).
Nuestra existencia
se “desafina” y “se empolva” por el pecado. Muchos viven una vida sin sentido “arrumbados como el viejo violín”,
ocultados por los vicios, los placeres, los afanes de esta vida, las derrotas,
la tristeza, los rencores; y no pueden tocar la bella melodía de una vida
transformada por el maestro.
Como el violín no
podía restaurarse a sí mismo, tampoco nosotros podremos afinarnos y arreglarnos
por nosotros mismos, necesitamos que el maestro afine las cuerdas de nuestra
existencia y nos limpie del polvo del pecado, y entonces estaremos en armonía con
el divino maestro.
¿Quieres que tu
vida cobre su verdadero valor y significado? Permite que el toque maravilloso
de Cristo cambie tu existencia, el divino maestro es capaz de restaurar la
felicidad y la prosperidad en tu vida:
“Porque yo sé los pensamientos que tengo
acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros
el fin que esperáis” (Jer. 29:11).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario