Introducción
Compartimos con
ustedes los 8 remedios naturales que Dios ha provisto a todos nosotros para
mantener la salud. Estos remedios están al alcance de todos y forman parte del
bienestar integral que el Señor desea para nosotros: “Amado, yo deseo que tú
seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu
alma” (3 Jn. 2).
Es el ideal de
Dios habitar con nosotros, y para mantener una comunicación constante y
continua con él debemos prestar atención a la súplica del apóstol Pablo “Así
que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto
racional” (Ro. 12:1).
En esta primera
parte trataremos los primeros 4 remedios y en la siguiente los últimos 4. Estos
son los remedios naturales:
1.
El agua.
2.
El descanso.
3.
El ejercicio.
4.
La luz solar.
5.
El aire puro.
6.
Nutrición.
7.
Temperancia.
8.
Esperanza.
El agua
El agua es la
sustancia más importante que contiene nuestro cuerpo. Más de la mitad de
nuestro peso total es agua. El agua es el mayor componente de la
sangre. Nuestro cuerpo necesita el agua para enfriarse y limpiarse.
La pérdida del 20 al 22% de agua en nuestro cuerpo, podría ser muy peligrosa,
hasta fatal. Perdemos agua cuando respiramos, cuando transpiramos, y en
los desechos del cuerpo como el sudor, la orina, etc.
Se han hecho
estudios con algunos atletas, que han demostrado el efecto que el agua tiene
sobre el cuerpo en la resistencia física. Los atletas que bebieron igual
cantidad de agua que la que perdieron, no se fatigaron y la temperatura de su
cuerpo se mantuvo cerca de lo normal; mientras que los atletas que bebieron
agua sólo para calmar la sed no tuvieron la misma resistencia.
El descanso
Es la cesación del
trabajo, es tranquilizarse. El descanso es uno de los sanadores
esenciales conocidos por la humanidad. Cuando usted se enferma, lo
primero que hace es acostarse en su cama hasta que se recupere, porque el poder
restaurador del descanso es una de las claves para recuperar la salud.
Podemos descansar
de varias formas: cambiar del trabajo mental al físico es un buen método de
descanso para los ejecutivos y personas que laboran intelectualmente; el dormir
es otro tipo de descanso, inclusive podemos incluir un baño con agua tibia para
relajar los músculos agotados.
Dios estableció el
descanso sabiamente en nuestro cuerpo:
- El corazón descansa después de cada
latido.
- Los pulmones descansan después de cada
ciclo respiratorio.
- El sistema nervioso descansa durante el
sueño.
- Los músculos se relajan gradualmente
después de cada contracción.
- Los órganos de los sentidos descansan
completamente al cesar toda clase de actividad, es decir, en el sueño profundo.
- El estómago requiere atención cuidadosa.
No debe mantenerse en funcionamiento continuo. Debemos darle a
éste órgano tan maltratado y del cual tanto se ha abusado, algo de paz y
descanso. Después que el estómago ha hecho el trabajo de una comida, no
se le imponga más labor antes que haya tenido oportunidad de descansar y antes
que la naturaleza haya provisto suficiente jugo gástrico para poder absorber
más comida. Debieran transcurrir por lo menos cinco horas entre dos
comidas, y debiéramos recordar que si se quiere realizar una prueba, se
comprobará que dos comidas son más saludables que tres. Cuando nos
entregamos al descanso, el estómago debe haber concluido ya su tarea, para que
él también pueda descansar, como los demás órganos del cuerpo. Si es
necesario tomar una tercera comida, ésta debería ser liviana y debería tomarse
varias horas antes de acostarse.
El ejercicio
La mayoría de la
gente se "oxida" en vez de desgastarse, debido a que no tiene por
costumbre ejercitar todos sus músculos. Hoy día se requiere de muy poco
ejercicio, hay taxis, autobuses y vehículos para que usted no se ejercite
demasiado, por lo tanto, encontramos mucha inactividad; la sociedad se ha
desarrollado de tal manera, que la mayoría de las personas están envueltas en
ocupaciones que no requieren de mucho esfuerzo físico.
El ejercicio sano
y activo es necesario a la vez que importante para la digestión, para gozar de
una condición saludable y vigorizante del cuerpo y la mente. No se debe
estudiar ni hacer ejercicio violento inmediatamente después de una comida
completa; esto sería una violación de las leyes del organismo. Pero una corta
caminata después de una comida, con la cabeza erguida y los hombros hacia
atrás, realizando así un ejercicio moderado, resulta de gran beneficio.
El ejercicio ayuda
a los dispépticos (personas con difícil y dolorosa digestión) porque da a
los órganos digestivos un tono saludable. Si su trabajo es sedentario,
principalmente mental, haga ejercicio todos los días y verá cómo se beneficia,
y en cada comida consuma sólo tres o cuatro clases de alimentos
sencillos. La razón por la cual muchos se quejan de enfermedad, es que
dejan de hacer suficiente ejercicio, y se complacen en comer en exceso.
Existe el dicho:
"El que no encuentra tiempo para hacer ejercicio, encuentra tiempo para
estar enfermo". Algunas razones que hacen certero éste dicho son:
- El ejercicio reduce
el riesgo de las enfermedades del corazón porque mejora la fuerza y la
eficiencia del corazón y baja la presión arterial.
- Mejora la fuerza
de los músculos y de los huesos así como de los ligamentos, tendones y
cartílagos.
- Fortalece el
sistema inmunológico. El ejercicio aumenta el número de las células
blancas llamadas linfocitos, que son las que "batallan" contra la
enfermedad.
- Retrasa el
envejecimiento, previene las venas varicosas, contrarresta la artritis e
incluso combate la osteoporosis.
La luz solar
Poco se comprende
acerca de los beneficios de la luz solar. El desconocimiento ha llegado a
tal punto, que lo único que sabemos es que el exceso de sol produce
cáncer.
La luz solar es
uno de los mejores agentes de curación que Dios le ha dado al hombre.
"Suave es la luz y agradable ver el sol" (Ec. 11:7), es la
declaración de la Palabra de Dios.
En nuestra
sociedad vivimos aislados del sol, incluso en nuestros hogares, viviendo la
mayor parte del tiempo detrás de una ventana que desvía la preciosa y curativa
luz solar.
Muchos se
sorprenderán de cuán beneficiosa puede ser la luz solar para la curación y
prevención de enfermedades como alta presión, tuberculosis, colesterol y en la
prevención y tratamiento del cáncer, con excepción de cáncer de piel o de
lupus.
Sin embargo,
debido a la incidencia elevada de cáncer de piel se le ha hecho una propaganda
negativa. El cáncer, en parte se debe a la exposición prolongada a los
rayos del sol, pero otro factor es la cantidad de grasas en la dieta. La
grasa crea una base para la formación de radicales libres inestables. El
ADN es muy sensible a la oxidación por los radicales libres y éstos podrían
representar un papel importante en las mutaciones que preceden al desarrollo de
un cáncer.
Estos son los
beneficios de la luz solar:
- Destruye
bacterias y muchos microorganismos causantes de enfermedades.
- Aumenta la
cantidad de sangre que es bombeada al cuerpo en cada contracción del corazón.
- Es un
tratamiento efectivo para la ictericia (enfermedad caracterizada por la
amarillez de la piel) en los niños recién nacidos.
- Ayuda a
normalizar los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre. En los
hipoglucémicos ayuda a elevar su nivel de glucosa y en los diabéticos a
reducirlos, y esto permite rebajar las dosis de insulina diaria.
- Cantidades
adecuadas de vitamina D pueden ser obtenidas mediante la exposición del rostro
a la luz solar por unos pocos minutos durante el mediodía.
- Aumenta el tono
y la resistencia de los músculos. Las personas que hacen ejercicio bajo
la luz solar, desarrollan más rápido sus músculos que quienes lo practican
dentro de una casa.
- Mejora la
actitud mental y produce una sensación de bienestar.
- Disminuye el
estrés, actuando a través de los receptores sensoriales en la piel; ayuda a
fortalecer el sistema inmunológico.
- Un breve baño de
sol, varias veces al día, matará los gérmenes y estimulará la curación de
heridas.
Si no hubiera luz
solar toda la vegetación perecería, la vida animal moriría y la vida humana no
podría existir. Si desea que su hogar sea agradable y acogedor, ilumínelo
con aire y sol. Ningún cuarto es adecuado para servir como dormitorio a menos
que pueda abrirse de par en par cada día para dar acceso al aire y a la luz del
sol.