“Y uno de sus discípulos, al cual Jesús
amaba, estaba recostado al lado de Jesús. El entonces, recostado cerca del
pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?” (Jn. 13:23,25).
Introducción: cerca de Dios
A todos nos gusta
estar cerca de nuestros seres queridos,
nuestros familiares y amigos.
Por ejemplo,
cuando hay una pareja de enamorados ellos hacen todo lo posible por estar
juntos. El mayor gozo y felicidad consiste en estar con esa persona especial; poder
mirarla, escucharla, convivir con ella, entenderla, eso es tener una relación.
Y lo mismo debemos
hacer con Jesús. Debemos amarlo supremamente, desearlo como escribiera el
salmista: “Como el ciervo brama por las
corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene
sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?”
(Sal. 42:1,2).
O cuando un padre
o una madre ama a sus hijos es su mayor deseo verlos sonreír, verlos felices y
realizados en la vida. Cuando un hijo amado sufre los padres preferirían estar
en su lugar con tal de que sus hijos estuvieran contentos.
Con todo, el amor
de nuestros padres puede fallar en muchos casos, pero el amor eterno de Dios
permanece para siempre “Aunque mi padre y
mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá” (Sal. 27:10) “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz,
para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca
me olvidaré de ti” (Is. 49.15).
El propósito de
Dios es habitar cerca de nosotros, pero cada uno de nosotros debe decir si
aceptamos esa invitación o no, el Señor respeta nuestro libre albedrío.
El discípulo más cercano
Todo lo que quería
Juan era estar cerca de su Señor, Maestro, Mentor, pero sobretodo su Amigo. Muchos
creemos que en el momento de la terrible prueba que afrontó Jesús frente a las
autoridades religiosas de su tiempo, todos los discípulos lo abandonaron y lo
dejaron solo. Sin embargo Juan estuvo a su lado y nunca se escondió ni quiso
ocultar que era el discípulo amado por Jesús.
“El discípulo
Juan, al entrar en la sala del tribunal, no trató de ocultar el hecho de que
era seguidor de Jesús. No se mezcló con la gente grosera que vilipendiaba a su
maestro. No fue interrogado, porque no asumió una falsa actitud y así no se hizo
sospechoso. Buscó un rincón retraído, donde quedase inadvertido para la muchedumbre,
pero tan cerca de Jesús como le fuese posible estar. Desde allí pudo, ver y oír
todo lo que sucedió durante el proceso de su Señor” (Deseado de todas las
Gentes, pág. 658).
Quien realmente
ama, jamás abandona a quien es el objeto de su amor. Menos aun cuando enfrenta
su mayor prueba. Si quieres saber si una persona realmente te ama; entonces
sólo permite que el tiempo y las circunstancias adversas te lo demuestren. Juan
deseaba estar siempre cerca de Jesús. Y ahora que su amigo enfrentaba lo peor,
no lo abandonó; porque siempre quiso estar a su lado. Si de veras amas a Jesús
entonces pasarás más tiempo con él, hablando de él y hablando con él.
Aquí radica el
fundamento de la vida cristiana. Si primero no existe comunión entonces no
existe nada. No hay entrega, no hay generosidad, no hay disposición, no hay
entusiasmo, no hay energía, no hay disposición de dones, pero sobretodo no hay
AMOR.
Cuando no buscamos
a Dios cada día no logramos amarlo porque no lo conocemos. Es posible que en
algún momento en medio de la prueba hayamos retrocedido ligeramente, como
ocurrió con Juan. Pero cuando amamos realmente, no podemos evitar estar cerca
de Jesús, cerca de su lado.
Entonces el
amanecer es testigo de nuestra búsqueda por Jesús; arrodillarnos no es un acto
de sacrificio sino una acción de sublime gozo; abrir su palabra no es un acto
de estudio académico sino el abrir de una carta de amor, llevar almas a los
pies de Jesús no es más un desafío a ser alcanzado sino una consecuencia natural
en la vida de alguien que experimenta cada día estar cerca de Jesús. Por eso
Juan no pudo abandonarlo; tanto tiempo cerca de su costado ¡Cómo dejarlo! ¡Cómo
esconderse! ¡Cómo no hablar de él!
Todavía está cerca
La vida cristiana
consiste en estar cerca de Jesús. Esto nos lleva a pasar más tiempo en oración
hablando con él, pasar más tiempo escuchándolo en el estudio de su Palabra, más
tiempo buscándolo en su templo, y más tiempo en todo lo que nos acerque a él.
“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado,
llamadle en tanto que está cercano” (Is. 55:6). Dios no todo el tiempo
estará disponible para nosotros. Muy pronto la Gracia de Dios se terminará. No
todo el tiempo podemos andar lejos de Jesús. Es momento de reflexionar y volver
al Señor. Pero no sólo debemos pensar y meditar. Debemos tomar una decisión.
Existen 2 formas
de estar perdidos. Podemos estar perdidos habiéndonos apartado de la iglesia;
habiendo apostatado, habiendo roto el pacto, trasgrediendo públicamente los principios
que Dios estableció en su Palabra. Pero también podemos estar perdidos dentro
de la iglesia.
Cuando nuestros
pecados aún permanecen ocultos, no es porque somos tan hábiles para
esconderlos, sino porque Dios es demasiado misericordioso para permitir el
escándalo, todavía. Pero su gracia tiene un límite. Una vida doble no puede esconderse
todo el tiempo. Por esta razón; debemos volver al Señor ahora. Él aún está
dispuesto, aún está cercano. Aún su Espíritu te sigue llamando.
Uno de los
momentos más terribles que tuvo que afrontar Sansón, Saúl y otros fue cuando el
Espíritu de Dios se retiró de ellos. Jehová no más estaría cerca de ellos.
Ellos traspasaron el límite. Se obstinaron tanto en alejarse de Dios, que finalmente
decidió alejarse de ellos también (ver Jueces 16:20, 1 Samuel 15:23).
Dios quiere estar cerca
El mayor deseo de
Dios es estar cerca de sus hijos, quiere manifestarse con poder por medio de
ellos, ganar grandes batallas y realizar grandes hazañas por medio de ellos.
Pero es necesario que nos acerquemos a Dios como lo hizo Juan. Por esta razón; Santiago
declaró “Acercaos a Dios, y él se
acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble
ánimo, purificad vuestros corazones” (Stg. 4:8).
Hoy podemos
acercarnos a Dios tal como estamos. Dios desea estar cerca de nosotros. Eso es
lo admirable y maravilloso. No importa qué pecados hayamos cometido. Dios
quiere limpiarnos y transformar nuestras vidas completamente.
Pero es necesario
comprometernos con él completamente. Dios desea acercarse a nosotros; pero ¿tú
deseas acercarte a él? Si te acercas a Dios, si deseas vivir junto a su lado,
él jamás te abandonará: “Cercano está
Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu” (Sal.
34:18).
Si tu corazón está
quebrantado o si te sientes abatido; aunque no lo creas, es allí cuando Dios
está más cerca de ti. Es increíble pero es verdad: DIOS QUIERE ESTAR CERCA DE TI.
Él desea con todo su corazón estar cerca de ti.
Conclusión
Juan amaba mucho a
Jesús al punto de recostar su cabeza en el pecho de su maestro. En el momento
de la prueba, en un inicio lo dejó sólo por un breve tiempo, pero su amor por
él lo llevó a recapacitar y nunca dejarlo; y seguirlo hasta estar lo más cerca
de él a pesar de la adversidad.
“Porque he aquí,
los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se
aparta. Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en
Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras” (Sal. 73:27,28).
Hoy debemos tomar
una decisión definitiva. O acercarnos a Dios completamente o de lo contrario
vivir separados de él. La vida cristiana significa vivir cada hora, cada
minuto, cada segundo, las 24 horas de cada día al lado de Jesús.
Vivir cerca de
Jesús o vivir alejados de él; esa es la pregunta determinante de nuestra vida.
Tú puedes elegir estar lejos de él. Naturalmente esto llevará sus consecuencias.
Pero quienes elijan vivir cada día cerca de Jesús, permanecer a su lado; ellos
alcanzarán la vida eterna y vivirán felices aquí en esta Tierra mientras Jesús
aún no llegue.
Quiero invitar a todos
aquellos que voluntariamente deciden acercarse a Jesús. Esta invitación es para
el amigo que hoy escucha la palabra de Dios por primera vez y que decide
acercarse a Dios decidiendo conocerlo más por medio de su palabra; esta
invitación también es para el hermano que por alguna razón está viviendo una
doble vida aunque nadie lo sepa; esta invitación también es para quien se está
alejando de Dios, lentamente pero lo está haciendo, ¡cuidado! aquí es donde
comienza la apostasía; en el nombre del Señor Jesucristo te invito a no
separarte más de él.
Tema
adaptado del Pastor Daniel Villar E. Unión Peruana del sur.
Si desea ver este
tema como presentación lo puede hacer en el siguiente link:
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