Introducción
Las Escrituras
tratan las cuestiones más importantes para los seres humanos: ¿Qué somos? ¿De
dónde venimos? ¿A dónde iremos? ¿Por qué estamos aquí? Y aunque el Nuevo
Testamento habla sobre las buenas noticias de la salvación y señala a un futuro
maravilloso para los que elijan seguir a Cristo, también hace referencia a la Creación.
Referencias a la Creación en el Nuevo Testamento
El Nuevo Testamento
hace referencia a la Creación con bastante frecuencia. El mayor énfasis en la
creación se encuentra en las epístolas a los Romanos y a los Hebreos, así como
en el libro del Apocalipsis (ver Romanos 1:20,23,25-27; 4:17; 5:12, 14, 17-19;
8:19-22,39; 11:36; Hebreos 1:2,10; 4:4,10,13; 6:7-8; 9:26; 11:3,4,5,7;
12:24,27; Apocalipsis 2:7; 12:9,17; 17:8; 20:1,3,11; 21;22).
En los textos del
Nuevo Testamento que tratan sobre la Creación encontramos frases como “desde la fundación del mundo” (Mt. 13:35;
Lc. 11:50; He. 4:3; 9:26; 1 Pe. 1:20; Ap. 13:8, etc). Además las palabras ktisis (“creación,” “lo que es creado”
“criatura”), ktisma (“lo que es creado,”
“criatura”), ktizō (“crear,” “hacer”) se utilizan 38 veces y acentúan
la importancia del concepto de la Creación en el Nuevo Testamento.
La frase “de la
fundación (katabolē) del mundo”
(Mateo 25:34; Lucas 11:50) y la frase relacionada “antes de la fundación (katabolē) del mundo” (Juan 17:24) usadas
por Jesús, describen los acontecimientos que han ocurrido desde la Creación o
los acontecimientos que ocurrieron antes de la creación del mundo. La palabra katabolē se puede traducir como “fundación” “principio” y en cierto grado como “creación”. Estas frases se refieren al principio de la creación
entera según lo descrito en Génesis 1 y no simplemente a la creación de la
humanidad. Esta familia de palabras describe lo que Dios ha creado en el
principio. Sin embargo, la creación no se limita a esta Tierra o al Sistema Solar
(ver Apocalipsis 5:13).
“El primogénito de toda la creación” (Col.
1:15) y “el principio de la creación de
Dios” (Ap. 3:14) es Jesús. En Cristo, podemos llegar a ser “una nueva criatura” (ver 2 Corintios
5:17; Gálatas 6:15; Efesios 2:10). De este modo, el término “crear”, además de su significado
original, tiene una dimensión en la vida espiritual de las personas.
Los textos del Nuevo
Testamento sobre la Creación asumen que se entiende literalmente. Dios creó los
cielos, la Tierra, las diversas plantas y otros seres. Sin embargo, la Creación
abarca mucho más: Jesús ha creado su iglesia, gente se ha convertido en una
nueva creación.
Referencias directas de Jesús a la Creación
Jesús hace
referencia a la Creación en los evangelios (ver Mateo 19:4,5; 25:34; Marcos
2:27; 10:6,7-8; 13:19; 16:15; Lucas 11:50, y Juan 17:24). La proclamación del
evangelio se dirige a todos los seres humanos (Marcos 16:15). Jesús muestra que
todos los seres humanos son creados por Dios, tienen un valor intrínseco, y son
propiedad de Dios. Como tales merecen oír el Evangelio y ser salvados.
Marcos 2:27,28
hace referencia al cuarto mandamiento en Éxodo 20:8-11 donde el sábado aparece
ligado a la Creación. Sin embargo, la Creación aparece por sí misma en Marcos
2. Según Jesús el sábado es una creación de Dios al igual que la humanidad. El
propósito del sábado es ser una bendición para la humanidad. Es un texto
notable en el cual Jesús mismo mantiene la afirmación de ser el Creador de la
humanidad y del sábado.
En Mateo 19:1-12
Jesús declara que Dios creó la primera pareja, Adán y Eva. La distinción de géneros
fue establecida por Dios. Jesús afirma el relato de la Creación. Él entiende
Génesis 1 y 2 literalmente. Al hacer hincapié en que solamente 2 seres del sexo
opuesto se convierten en uno, Jesús rechaza la poligamia así como la
homosexualidad. Obviamente, para Jesús el relato de la Creación era no sólo
descriptivo sino también preceptivo y determina el comportamiento ético y
moral.
Jesús aceptó la
Biblia de su época como la palabra de Dios, la cual tiene autoridad y es
confiable. En ella se habla de la Creación y el diluvio como hechos verdaderos.
Jesús no evidenció duda alguna sobre las Escrituras, sino que manifestó que “las Escrituras no se pueden anular”
(Juan 10:35). Él confió en las Escrituras incluso en los momentos más
desafiantes de su vida.
La Creación
sucedió en un momento definido. Hubo un principio, y éste es la semana de la
creación que incluye las actividades creativas de Dios descritas en Génesis 1 y
2 y el establecimiento del sábado.
Jesucristo como el Creador
El Nuevo Testamento
afirma en varias ocasiones que Jesús es Dios, que él existe para siempre, y que
se encarnó como humano. Como tal vivió entre nosotros, murió una muerte vergonzosa
y dolorosa en nuestro lugar, fue levantado de entre los muertos y llevado el
cielo. Ahora sirve como nuestro Sumo Sacerdote y volverá como rey de reyes para
llevar a los salvados a su hogar. Pero además de todas estas funciones Jesús es
descrito como el Creador y el Sostenedor de la Creación entera.
Pasajes cruciales
del Nuevo Testamento hacen hincapié en que Jesús es el Creador (Juan 1:3; Hechos
4:24; 14:15; 17:24,26; Romanos 1:25; Colosenses 1:15-16; Hebreos 1:2,10; 1Pedro
4:19). Estos textos excluyen a Jesús del reino de los seres creados. De hecho,
todas las cosas y todos los seres han sido creados a través de él. Además, la
perspectiva cósmica que incluye más que la creación de la Tierra se explica muy
claramente en Colosenses 1.
Juan 1:1-4 retrata
a Jesús como la Palabra, como Dios, el Creador, y la vida. La creación se
expresa en varias maneras:
(1) Esta Palabra existió
“en el principio,” un recordatorio de
Génesis 1:1.
(2) El trasfondo
del Antiguo Testamento aparece parcialmente al menos en Salmos 33:6,9. Jesús es
esa Palabra creadora de Dios.
(3) Juan nos dice
explícitamente que todas las cosas vinieron a la existencia a través de él.
Colosenses 1:15-20
es un extenso himno cristológico. La primera parte enfatiza a Jesús como Creador
(versos 15-16) y se corresponde con la última parte (versos 18-20), en la cual
Jesús es el reconciliador. La misma persona que ha creado todas las cosas puede
reconciliar todas las cosas a través de la sangre que vertió en la cruz. Por lo
tanto, es incoherente afirmar que Jesús nos ha salvado una vez y para siempre
por medio de su muerte en la cruz, un corto acontecimiento en la historia, y al
mismo tiempo mantener que él nos ha creado por medio de un proceso evolutivo
que requirió millones o miles de millones de años.
Apóstol Pablo y la Creación
Pablo proclamó al
“Dios vivo, que hizo el cielo y la
tierra, el mar y todo el que hay en ellos” (Hechos 14:15), lo cual es
probablemente una referencia al mandamiento del sábado (Éxodo 20:11). Este Dios
“hizo todo el linaje de los hombres”
(Hechos 17:26).
En Romanos 5 Pablo
menciona a Adán por nombre y discute las consecuencias de su pecado pero también
el don de la salvación en Cristo Jesús. “En
Adán todos mueren” pero “en Cristo
todos serán vueltos a la vida” (1Corintios 15:22). La Creación gime y sufre
y desea ser librada “de la esclavitud de
la corrupción” mientras que los cristianos esperan con impaciencia la salvación
final (Romanos 8:18-23).
Pablo cita 2 veces
Génesis 2:24, una vez cuando advierte contra la inmoralidad sexual (1Corintios
6:16) y otra cuando trata sobre la relación entre el marido y la esposa, la
cual se convierte en un símbolo de la relación entre Cristo y su iglesia
(Efesios 5:31).
En Hebreos 11:3 se
indica: “por la fe entendemos que los
mundos fueron formados por la Palabra de Dios, de modo que lo que se ve, fue
hecho de lo que no se veía”. Pablo
por inspiración divina contribuye en demostrar que Jesús es el Creador.
Apóstol Juan y la Creación
Juan insiste en
precisar que Jesús es el Creador. Las alusiones a la Creación abundan en el
libro del Apocalipsis. Todas las cosas son creadas por Dios (Apocalipsis 4:11).
Dios “creó el cielo y cuanto hay en él,
la tierra y cuanto hay en ella, y el mar y cuanto hay en él” (Apocalipsis
10:6). A la humanidad se le pide “adorad
al que hizo el cielo y la Tierra, el mar y las fuentes de la aguas”
(Apocalipsis 14:7). Ambos textos señalan no sólo a la Creación sino que también
pueden referirse al cuarto mandamiento (Éxodo 20:11).
El árbol de la
vida (Apocalipsis 2:7; 22:2,19) y las fuentes del agua de vida (21:6) así como
la serpiente (Apocalipsis 12:9,17; 20:2) nos recuerdan el paraíso original
(Génesis 2:9-10; 3:1, 3, 14, 22, 24). Mientras que Apocalipsis 21-22 señalan a
la Nueva Jerusalén, los cielos y la Tierra nuevos, una nueva Creación.
Conclusiones
El Nuevo Testamento conecta el matrimonio y el sábado al relato de la Creación. Ambas instituciones reciben mucho de su significado del texto del Génesis. Sin la conexión a la Creación estas 2 instituciones pueden perder su carácter permanente y su gran valor en la construcción de la sociedad y en hacerla más humana.
El Nuevo Testamento
nos presenta a Jesús como el Creador, el autor y consumador de la salvación. No
podemos separar la salvación de la Creación ambos son atributos eternos de
Dios.
La Creación de Dios
es más amplia que la creación de nuestro planeta. También está ocurriendo en la
reconstrucción del ser humano, la creación de la iglesia de Cristo, y la nueva
creación después del Milenio. Sin embargo todos dependen de una lectura literal
de Génesis 1 y 2.
Los autores del Nuevo
Testamento siguieron los pasos de su maestro. Para ellos la Escritura era digna
de confianza, incluyendo el relato de la Creación. Al aceptar el nombre
“cristiano” reconocemos que tenemos la intención de seguir a Cristo en su
comprensión e interpretación de la Escritura.
El testimonio del
Nuevo Testamento sobre la Creación no es solamente informativo. Es normativo
para los seguidores de Cristo de hoy, y el mensaje de la Creación es parte del
último mensaje de Dios a este mundo: “¡Reverenciad
a Dios, y dadle honra, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adorad al que
hizo el cielo y la Tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Ap. 14:7).
Artículo
original del Dr. Ekkehardt Mueller. Este es un resumen preparado para los
lectores de este Blog.