El milagro de la vida
Dios produjo el
milagro de la vida, compartió su existencia con los seres vivos, nos dio su
vida. Por ello la vida es tan valiosa y nos muestra quién es el único digno de
adoración: Dios.
Ni los más grandes
científicos, ni aún los ángeles más
poderosos (entre ellos Satanás), son capaces de dar vida al más minúsculo
microbio, solo Dios puede dar vida
"Y él es antes de todas las cosas, y
todas las cosas en él subsisten" (Col. 1:17).
Dios compartió su
existencia con el hombre, nos dio su vida, esto es un milagro y los milagros no
se explican, se aceptan.
Como se originó la muerte en el mundo
Dios formó seres
libres y eternos, entre ellos estaba
Lucifer [portador de luz], pero se rebeló contra Dios y se transformó en
Satanás [enemigo]. Desde entonces comenzó una rebelión introduciendo el pecado
en el mundo.
De acuerdo con la
Biblia, "la paga del pecado es
muerte" (Ro. 6:23). Así, la causa es el pecado y el efecto la muerte:
"Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por
el pecado la muerte, así la muerte pasó
a todos los hombres, por cuanto todos pecaron" (Ro. 5:12).
Origen de la creencia de la inmortalidad del alma
La creencia de la
inmortalidad del alma se remonta al Edén, cuándo Satanás le dijo a Eva que no
moriría si comía del fruto prohibido (ver Génesis 3:1-6), lo cual está en
completa oposición con la palabra de Dios “el
alma que pecare, esa morirá” (Ez. 18:4,20; ver también Génesis 2:17).
Desde la
antigüedad el hombre cree en la vida después de la muerte, algunos ejemplos son
los egipcios, los orientales, los antiguos pueblos prehispánicos, etc.
Platón pone el
fundamento del pensamiento occidental sobre la inmortalidad del alma definiéndola
como aquello que «en la separación del cuerpo y del alma» sobrevive a la corrupción
corporal.
De aquí surge la
idea de que el alma se separa del cuerpo, idea que se adaptó al cristianismo
cuando Constantino el emperador se “convierte” y mezcla muchas de sus antiguas
creencias paganas con el cristianismo.
¿Qué sucede cuando una persona muere?
La muerte es el
proceso contrario a la vida. Para entender que es la muerte debemos entender
que es la vida y como se constituye. El relato bíblico dice: "Entonces Jehová Dios formó al hombre del
polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser
viviente" (Gn. 2:7).
Los elementos que
conforman al ser viviente son:
·
Polvo de la tierra [materia] y
·
El aliento de vida [la chispa de vida
que Dios da].
El polvo es
inerte, no tiene vida, al igual que el soplo que es aire. La muerte es la
separación de estos elementos.
De acuerdo con la
Biblia nosotros somos almas, seres vivos, con carne y hueso, no es algo
invisible ni independiente del cuerpo (como ejemplos ver Jonás 2:5; Números
21:5).
Un muerto simplemente
desaparece (Salmos 104:29). Por ejemplo, cuando se apaga un foco, ¿a dónde va
la luz? A ningún lado, simplemente desaparece. Así sucede cuando morimos.
Los muertos ya no
tienen más parte con los vivos, simplemente dejan de existir “Porque los que viven saben que han de morir;
pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en
olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más
tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol” (Eclesiastés 9:5,6).
La Biblia es clara
al explicar lo que hay después de la muerte. Los muertos no saben nada, ni trabajan
ni tienen más parte con los vivos (Eclesiastés 9:10). No vuelven a sus casas
(Job 7:9,10). No glorifican a Dios (Salmo 115:17).
¿Qué sucede a los impíos muertos?
“Porque he aquí, viene el día ardiente como
un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa;
aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les
dejará ni raíz ni rama” (Malaquías 4:1).
Al decir “ni raíz ni rama” se refiere a que son
completamente eliminados. No es bíblica la enseñanza del tormento eterno en el
infierno. Dios condenó a los hijos de Israel por su horrendo crimen de quemar a
sus hijos en el fuego; lo cual, dijo Dios: “Cosa
que yo no les mandé, ni subió en mi corazón" (Jeremías 7:31). ¿Cómo
pues, puede algún maestro religioso acusar a Dios de un crimen peor, que es
quemar a la gente por la eternidad en un imaginario lugar de tormento?
El rey David
estaba muy seguro de que cuando la gente muere, su proceso de pensar cesa, de
modo que no pueden sufrir tormentos. "No
confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.
Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; En ese mismo día perecen sus
pensamientos" (Salmos 146:3,4). Para ser atormentado, en cualquier
lugar, uno tiene que poder entender lo que está ocurriendo, pero, si sus
pensamientos perecen en el día que él muere, entonces también perece su
entendimiento.
Job sabía que “el
sepulcro” era un lugar donde la gente está en reposo y no en tormentos, porque
él dijo: “Allí los impíos dejan de
perturbar, y allí descansan los de agotadas fuerzas [...] cuando hallan el
sepulcro" (Job 3:17-22). Al afirmar que "allí los impíos dejan de perturbar", Job está contradiciendo
la popular idea de que los impíos van al infierno para ser atormentados
eternamente.
¿Qué sucede a los muertos justos?
“Y muchos de los que duermen en el polvo de
la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y
confusión perpetua" (Daniel 12:2). Daniel declara que muchos están en
el sepulcro durmiendo, y que algunos de ellos resucitarán de entre los muertos
para vida eterna, pero, algunos de los que duermen experimentarán castigo en la
"muerte segunda" (ver
Apocalipsis 2:11; 20:6, 14; 21:8). Por esto, Daniel muestra que justos e
inicuos están en el mismo lugar, el sepulcro.
El Señor Jesús
habla de muchos que “duermen” en el
sepulcro. "Vendrá hora cuando todos
los que están en los sepulcros oirán su voz" (Juan 5:28). El Señor
Jesús está hablando de la resurrección, mostrando de este modo que los muertos
que están en el sepulcro están “durmiendo”, esperando su llamado para “salir”
como lo hizo Lázaro. "Voy para
despertarle" (Juan 11:11). Lázaro yacía muerto en el sepulcro desde
hacía 4 días, no obstante el Señor se refiere a él diciendo que está durmiendo.
Los justos
resucitaran hasta que Cristo vuelva por segunda vez (ver 1 Corintios 15; 1 Tes.
4:14-16). Jesús declaro “Yo soy la
resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Jn.
11:25). Él es el único capaz de dar la vida.
Engaños del Espiritismo
La Biblia nos
advierte sobre los engaños que Satanás emplea para engañar a las personas y
alejarlas de aquel que puede darles Salvación, utilizando diversos medios (ver
2 Corintios 11:14; Apocalipsis 13:13,14).
Además estos
supuestos “espíritus” enseñan contrariamente a las Sagradas Escrituras y
engañan a mucha gente. Pero la Biblia es clara y nos aconseja: “Y si os dijeren: Preguntad a los
encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará
el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? ¡A la ley y al
testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”
(Is. 8:19,20).
“Satanás seduce
hoy día a los hombres como sedujo a Eva en el Edén, lisonjeándolos, alentando en
ellos el deseo de conocimientos prohibidos y despertando en ellos la ambición
de exaltarse a sí mismos. Fue alimentando esos males cómo cayó él mismo, y por
ellos trata de acarrear la ruina de los hombres” (Ellen G. White, Conflicto de
los Siglos, pág. 610).
Las
manifestaciones sobrenaturales de muertos que intentan hablarnos son engaños de
Satanás para perder y destruir a los vivos (ver el caso del rey Saúl en 1
Samuel 28:3-25).
La Biblia prohíbe
terminantemente tratar de comunicarse con los supuestos “espíritus de los
muertos” (ver Levítico 19:31; 20:27; Deuteronomio 18:10-12).
Exhortación a no creer en el espiritismo
“Es inminente `la hora de la tentación que ha de venir en
todo el mundo, para probar a los que moran en la tierra´ (Ap. 3: 10). Todos
aquellos cuya fe no esté firmemente cimentada en la Palabra de Dios serán
engañados y vencidos” (Ellen G. White, Conflicto de los Siglos, pág. 616).
“Los que busquen
sinceramente el conocimiento de la verdad, y se esfuercen en purificar sus
almas mediante la obediencia, haciendo así lo que pueden en preparación para el
conflicto, encontrarán; seguro refugio en el Dios de verdad. "Por cuanto has guardado la palabra de mi
paciencia, yo también te guardaré" (Ap. 3: 10), es la promesa del
Salvador” (Ellen G. White, Conflicto de los Siglos, pág. 617).
La meta de Satanás
es perder a todos los que pueda, y las falsas creencias nos dan un peligroso
sentido de seguridad que impide que busquemos la salvación. Ahora es el momento
de buscar a Dios "Si oyereis hoy su
voz, no endurezcáis vuestros corazones" (He. 3:7,8). Es
en esta vida cuando tenemos la oportunidad de elegir la vida eterna que se nos
ofrece o elegir la muerte eterna, esa es nuestra decisión.
Advertencias y Promesas de Dios
"El alma que pecare, ésa morirá"
(Ez. 18:20). Por amor y misericordia, Dios tiene que venir y terminar con el pecado. "Porque no quiero la muerte del que muere,
dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis" (Ez.18:32).
Satanás "engaña al mundo entero"
(Apocalipsis 12:9). Dios dice "si pecas morirás", pero el diablo dice
"aunque peques vivirás eternamente" ¿A quién debemos creer?
Dios nos creó para
vivir eternamente, la muerte no forma parte de sus planes (Apocalipsis 1:18),
cuando vuelva resucitará a sus hijos fieles (1 Tesalonicenses 4:14,16), y
destruirá la muerte para siempre (Apocalipsis 21:4).
A veces es difícil
cambiar ideas preconcebidas, pero a la luz de la Palabra de Dios no debemos
temer a la muerte, a lo que debemos temer es a separarnos de aquel que puede
darnos la vida. La muerte no es el final para aquellos que aceptan la
salvación, Jesús venció la muerte y nos promete la vida eterna. Para sus fieles
la muerte es solo un sueño del cuál despertarán ¿aceptaras o rechazaras al
Señor de la vida y la clara enseñanza de su Palabra?
Que Dios nos
bendiga y nos ayude a estar preparados para su Pronto regreso. Amen.