¿Qué es una profecía?
"La raíz de la palabra profeta `nabi´ está en la palabra `naba´,
que significa `proclamar´, `dar voces´, `declarar´. Por lo tanto, tal como se la usa en la Biblia, la
palabra profeta describe a uno que proclama mensajes divinos. Esos mensajes
pueden relacionarse con el pasado, el presente o el futuro y pueden consistir
en descripciones, exhortaciones, instrucciones, consuelo o predicciones. Además
el término implica la idea de ser intermediario (Ver Génesis 20:7).
La palabra castellana `profeta´ procede del griego `profétes´,
una combinación de la preposición `pro´,
o `en lugar de´, con el verbo `femí´, `hablar´. El profeta habla en lugar de alguien. Puede hablar al
hombre en lugar de Dios, o viceversa" (Comentario bíblico Adventista págs.
352, 353).
De acuerdo a estas definiciones una profecía bíblica es
la proclamación de un mensaje de Dios a través de un portavoz.
Tipos de profecías
bíblicas
A grandes rasgos podemos hablar de 2 tipos de profecías
que se presentan en la Biblia: las condicionales y las no condicionales.
Las condicionales son generalmente mensajes de
amonestación para atraer o evitar los juicios de Dios (ver el libro de Jonás
como ejemplo) o para que se cumplan sus promesas a su pueblo (ver como ejemplo
las promesas hechas al pueblo de Israel en Deuteronomio 28:1-14).
Las no condicionales son mensajes de los planes que Dios
realizará independientemente de las decisiones que tomen las personas, aún a
pesar de la oposición de las “huestes espirituales de maldad” (Ef. 6:12). Como
ejemplo está la profecía del plan de redención (Ver Isaías 53) y el de la
segunda venida de Cristo (Ver Mateo 24:30).
El propósito de las
profecías
Un propósito importante de las profecías es revelarnos la
voluntad de Dios “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su
secreto a sus siervos los profetas.” (Am 3:7).
El principal propósito por el cuál Dios se comunica con
la humanidad es para dar el mensaje de
salvación: “obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras
almas. Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros,
inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación” (1 P. 1:9,10).
Jesús nos dice: “Mas os he dicho estas cosas, para que
cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho” (Jn. 16:4). Las
profecías tienen la finalidad de fortalecer nuestra fe en Dios al contemplar la
precisión con que se cumplen.
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para
manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto” (Ap. 1:1). El
señor descorre el velo de la historia en favor de su pueblo elegido para que
esté preparado contra los engaños y las acechanzas del enemigo.
Y finalmente las profecías tienen este triple propósito:
“Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y
consolación.” (1 Co. 14:3).
Como reconocer a un
verdadero profeta
Jesús nos insta a estar prevenidos contra los engaños: “Porque
se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios,
para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos” (Mr. 13:22).
Por ello debemos verificar cuándo una profecía proviene
de Dios o es un engaño: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los
espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el
mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que
Jesucristo ha venido en carne, es de Dios” (1 Jn. 4:1,2).
He aquí algunas pautas que nos da la Biblia para probar
la veracidad de un mensajero profético:
·
No contradicen la palabra de Dios revelada en la Biblia: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a
esto, es porque no les ha amanecido” (Is. 8:20).
·
Su vida está en armonía con los principios de la palabra de Dios: “Así que, por sus frutos los conoceréis.” (Mt. 7:20).
·
Sus mensajes se cumplen de acuerdo a la voluntad de Dios (Ver Deuteronomio 18:20-22).
Llamado
"Todo lo que
podemos conocer del gran conflicto entre el bien y el mal ha sido posible
gracias a la obra de los profetas. Ellos han servido como medio de comunicación
entre Dios y la humanidad" (En esto creemos pág. 204).
"Las señales de los tiempos declaran hoy que estamos
en el umbral de sucesos grandes y solemnes. Todo está en agitación en el mundo.
Ante nuestra vista se cumple la profecía del Salvador referente a los sucesos
que precederán a su venida: `Y oiréis de guerras y rumores de guerras [...] se
levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y
hambres, y terremotos en diferentes lugares´ (Mt. 24:6,7)". (La educación
pág. 179).
Las profecías de la Biblia están llegando a su final,
Jesús ya viene por su pueblo, por tanto “entre tanto que se dice: Si oyereis
hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (He. 3:15).
Que Dios los bendiga, posteriormente veremos algunas de
estas impresionantes profecías “para que creáis que Jesús es el Cristo, el
Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Jn. 20:31).